viernes, 28 de noviembre de 2014

Piero Sraffa

Piero Sraffa (1898-1983) fue un economista italiano nacido en Turín, reconocido por ser el líder intelectual de lo que se conoce como sraffianos, o también por algunos como escuela neo-ricardiana de Economía, quizás de forma incorrecta, pues no toman la teoría de valor trabajo en sus consideraciones, y en donde encontramos importantes economistas como Alessandro Roncaglia, Pierangelo Garegnani, Luigi Pasinneti, John Eatwell y Heinz Kurz.

Piero Sraffa estudió en su ciudad natal y se graduó en la universidad local con un trabajo sobre la inflación en Italia durante y después de la Primera Guerra Mundial bajo la tutorización de Luigi Einaudi, uno de los economistas más importantes de Italia y más tarde presidente de la República Italiana. Entre 1921 y 1922 estudió en la London School of Economics. En el verano de 1921, en Cambridge, conoció a Keynes, quien le pidió que escribiera un artículo sobre el sistema bancario italiano para el suplemento de economía del periódico Manchester Guardian (hoy The Guardian). Keynes apreció hasta tal punto el nivel científico del artículo que decidió publicarlo directamente en el Economic Journal, la principal revista inglesa de economía política, con el título “La crisis bancaria en Italia”. Keynes también confió a Sraffa la edición italiana de su tratado sobre la Reforma Monetaria. Por las mismas fechas regresa a su país, donde fue nombrado director de la oficina provincial del trabajo de Milán y, acicateado de nuevo por Keynes, redacta algunos trabajos donde da razón de ciertas actividades misteriosas de los grupos financieros italianos, al tiempo que denuncia corruptelas varias. Esos artículos provocarán una reacción irritada y amenazadora de Mussolini. Luego fue nombrado profesor de economía política en Perugia y posteriormente en 1926, catedrático de economía política en Cagliari. En este período, Sraffa se declaró marxista radical y entabló una gran amistad con Antonio Gramsci, Secretario General del Partido Comunista Italiano quien desde  el 8 de noviembre de 1926 que fuese arrestado en Roma permanecerá detenido, encarcelado o confinado hasta su muerte (1937), y Sraffa será a lo largo de todos estos años su principal ángel guardián, protector cultural y confidente privado.

Con la memoria titulada “Relaciones entre precios y cantidad producida”, de 1925, empredió la revisión de la teoría de los precios, pero aun en un marco marginalista. Edgeworth, que junto con Keynes dirigía el Economic Journal, pidió a Sraffa un artículo sobre el mismo tema, que fue publicado en 1926 con el título: "The laws of returns under competitive conditions". El economista italiano Pierangelo Garegnani plantea una ruptura total con la teoría neoclásica posterior a dicha publicación, otoño 1927, y los primeros borradores de Producción de Mercancías. Incluso se ve con unas "ecuaciones" que recuerdan producción sin excedente, y un desarrollo incipiente de la Teoría del Valor y la Distribución Clásicas, radicalmente opuesta a la marginalista.
En 1927, John Maynard Keynes, convencido del valor de Sraffa y preocupado por los riesgos que corría con la dictadura fascista a causa de su amistad con Gramsci, lo invitó a la Universidad de Cambridge donde consiguió que le dieran un cargo de docente y posteriormente un puesto de bibliotecarioEn Cambridge frecuentó a Ludwig Wittgenstein y a Frank Ramsey, con los que discutió las teorías económicas de Keynes y de Friedrich Hayek. En esas conversaciones Sraffa se reveló como un pensador y lógico profundo. De acuerdo a Wittgenstein fue sobre todo la aguda y fuerte crítica de Sraffa que lo forzó a abandonar sus visiones originales y a embarcarse en nuevas rutas. Wittgenstein agrega que sus discusiones con Sraffa lo hicieron sentirse “como un árbol del cual todas las ramas han sido podadas”. Más adelante se dedicó durante décadas con gran empeño al estudio de la vida y de las obras de David Ricardo, labores que lo llevaron a publicar una edición crítica muy importante. 

Con su obra Producción de mercancías por medio de mercancías. Preludio a una crítica de la teoría económica (1960) se propuso sentar las bases teóricas para una crítica de la escuela económica predominante en su época, y triunfante hoy en día, la escuela marginalista o neoclásica. En particular, la técnica de Sraffa de la agregación de capital con la reducción de una mercancía a unidades de trabajo fechado dio lugar a un debate académico famoso conocido como la controversia del capital de Cambridge. El libro de Piero Sraffa, resultado de más de treinta años de reflexión, apenas consta de 95 páginas, en las cuales cita a siete autores, Alfred Marshall, Philip Wicksteed, Quesnay, Smith, Ricardo, Torrens y Marx, y donde no daba las gracias a ningún economista vivo, solo a tres matemáticos. El objetivo de Sraffa era el de rehabilitar la Economía Clásica, enfocándose en las relaciones input-output y destacando la producción y distribución del excedente físico de los productos necesarios a partir de los inputs necesarios para producirlos, desde una óptica ricardiana. Su sistema de ecuaciones exponía las relaciones que debían mantener los precios de las mercancías, la tasa de salarios y la tasa de beneficio en una economía capitalista competitiva, con la particularidad de la adopción de rendimientos constantes en todas las industrias, articulando una teoría del valor y la distribución sin referencias a la productividad marginal o al equilibrio entre la oferta a la demanda, en un sistema en “estado de autoreproducción”.  Sraffa elaboró un modelo lineal de producción en el que es posible determinar la estructura de los precios relativos y una de las dos variables distributivas (la tasa de ganancias o de salarios), dada exógenamente la otra variable y la tecnología, representada por las cantidades físicas de los bienes individuales necesarios para producir las diversas mercancías con los productos relativos. Mostrando así, como se distribuye el excedente físico, por el mecanismo de los precios de producción.  Aunque Sraffa analizó ambos casos (fijación exógena de la tasa de salarios y de la tasa uniforme de ganancias), parece inclinarse por la segunda alternativa, puesto que señala incidentalmente que cuando se abandona la hipótesis clásica del salario anclado en niveles de subsistencia y se asume que el salario está dado en términos de una unidad de medida más o menos abstracta, sólo es posible determinarlo cuando se establezcan los precios de las mercancías. Esto abre la alternativa para una síntesis con el pensamiento Keynesiano, por dos vías. Por un lado, determinando la tasa de beneficio por la tasa de interés de un sistema bancario Keynesiano. La otra, determinando el nivel de producción o actividad mediante la Demanda Agregada Keynesiana. Sin embargo, los economistas discrepan sobre si la obra de Sraffa refuta la economía neoclásica. 

Muchos economistas postkeynesianos utilizan la crítica de Sraffa como justificación para abandonar el análisis neoclásico y explorar otros modelos de comportamiento económico. Otros ven su trabajo como compatible con la economía neoclásica, como se desarrolla en los modelos de equilibrio general modernos, o como no puede determinar una posición a largo plazo, al igual que el enfoque walrasiano, pese a que su análisis parte de una base clásica y no marginalista, con la que Sraffa fue muy crítico, y por lo que es hoy en día habitual encontrar a los descendientes intelectuales de la obra del economista italiano en una escuela independiente de la postkeynesiana, que algunos llaman, como se mencionó al principio de este texto, neo-ricardianos, o más correctamente, sraffianos.


Algunos trabajos que tratan las aportaciones de Sraffa:
Neoclásica” Cuadernos de Economía.

Libro completo “Descifrando a Sraffa” de Antonio Mora Plaza.
Libro completo (en inglés) “Piero Sraffa” de Alessandro Roncaglia.
Libro completo (en inglés) “Piero Sraffa’s Political Economy” Terencio Cozzi y Roberto Marchionatti (eds.)

jueves, 27 de noviembre de 2014

Roy Forbes Harrod

Roy Forbes Harrod (1900-1978) fue un economista inglés que estudió historia y filosofía en la Universidad de Oxford, donde ejerció su labor profesional, y Economía en la Universidad de Cambridge, donde conoció a John Maynard Keynes, a quien tuvo un profundo respeto intelectual. Pese a no ser uno de los miembros del Cambridge Circus, fue uno de los primeros en tener acceso a la Teoría General en su versión preliminar, aportando la única gráfica que hay en la Teoría General. Su afinidad y respeto por la obra de Keynes le llevó a escribir en 1951 “Life of John Maynard Keynes”. Participó en la vida política inglesa como asesor de Winston Churchill durante la II Guerra Mundial y luego del primer ministro Harold Macmillan, entre 1957 y 1963.

El reconocimiento de Harrod como uno de los grandes economistas del siglo XX se debe a sus aportes a las teorías del crecimiento económico, el análisis dinámico y la teoría del comercio internacional, en los que se ha reconocido el carácter pionero de su trabajo. En particular sus escritos "An Essay in Dynamic Theory" (1939) y "Second Essay in Dynamic Theory" (1960) aparecidos en el Economic Journal y su libro “Economic Dynamics” (1973) marcaron por un buen tiempo el desarrollo de la disciplina en este terreno.
El famoso modelo de Harrod-Domar amplía las ideas de Keynes, a través de la macroeconomía dinámica, es decir, el análisis de las fuerzas determinantes de las tasas de aumento de las principales categorías de la demanda (bienes de capital, exportaciones, etc.). En este sentido, el modelo plantea la importancia de las expectativas como factor que podría influir sobre dichas variables.
Este modelo pretende dar un enfoque dinámico al aporte de Keynes y establece un modelo que iba a ser punto de base para desarrollos posteriores, que intentaron mejorarlo a través de la introducción de nuevas hipótesis o variables. El modelo de Harrod-Domar se realizó de forma paralela e independiente, pero ambos planteamientos llegaron a conclusiones similares.

El modelo de Harrod se aproxima al problema del crecimiento económico con un tratamiento asumir que el progreso técnico puede considerarse como una propensión interna del sistema económico. La tasa de acumulación es una función de las decisiones empresariales encaminadas a realizar ganancias, sin ninguna garantía de que el nivel de inversión se ajustaría al requerido en una economía de libre mercado.
La tasa garantizada de crecimiento del modelo de Harrod está basada en la doctrina de la demanda efectiva de Keynes, y visualiza la tasa de expansión económica como determinada por la interacción del multiplicador y del acelerador. Hay que señalar que en el marco analítico de Harrod, la trayectoria de crecimiento de la economía no necesariamente conduce al pleno empleo.

Se suele considerar que el principal mérito de Harrod es haber incorporado una perspectiva de largo plazo al análisis de Keynes. Igualmente, en esa interpretación es usual no hacer referencia a que Harrod se preocupó por dilucidar las razones de las fluctuaciones cíclicas de la economía y de sus relaciones con la pauta de expansión de la actividad productiva, lo que no es lo mismo que por el crecimiento de largo plazo. Asimismo, el consenso es que las hipótesis asumidas por Harrod en su modelo de crecimiento fuerzan un comportamiento agudamente inestable de la actividad económica, con un equilibrio de "filo de navaja", en el cual cualquier desviación de la economía de su senda de crecimiento de equilibrio tiende a magnificarse de manera explosiva. Harrod negó reiteradamente que su análisis tuviese como exclusivo marco de referencia el largo plazo. Por el contrario, explícitamente señaló que su foco de atención analítico era la evolución dinámica de la economía en cada momento del tiempo. Es decir, el propósito de su análisis fue examinar desde una perspectiva dinámica los determinantes de las fluctuaciones y la tendencia de la actividad productiva.

Como en todo modelo económico con inestabilidades fundamentales, el de Harrod se enfrentó a un fuerte rechazo. En efecto, tal como está formulado no hay algún mecanismo evidente que asegure la convergencia de la tasa garantizada, la tasa natural y la tasa real de expansión de la actividad productiva. Este rechazo, en última instancia, motivó que otros economistas buscaran introducir mecanismos endógenos capaces de corregir dicha inestabilidad intrínseca del modelo. Dos soluciones cobraron particular relevancia. La primera fue propuesta por Solow quien, en línea con el enfoque neoclásico, consideró poco realista suponer constante el coeficiente capital-producto. Solow propuso revisar el modelo de Harrod con base en la idea de una función de producción que en esencia introduce un mecanismo de ajuste en el cociente capital-producto, de manera que se corrija la inestabilidad en la senda de largo plazo de expansión de la economía. En contrapartida, la solución asociada con el trabajo de Kaldor gira en torno a la introducción de un mecanismo de ajuste mediante cambios en la proporción del ahorro ocasionados por una redistribución del ingreso entre ganancias y salarios.

En cuanto a su aportación al comercio internacional, su principal aportación publicada en 1933 como “International Economics”, presentó un enfoque originaldel tema, en particular al introducir una nueva visión sobre la interrelación del balance comercial y el nivel de ingreso nacional. Basado en el trabajo de Kahn, Harrod introdujo el concepto del multiplicador del comercio exterior y concluyó que el incremento de las exportaciones conduce a un aumento del ingreso nacional en términos reales tal que permite que las importaciones inducidas aumenten lo suficiente para restablecer el balance comercial inicial. Es precisamente esta noción del multiplicador del comercio exterior el que que sirvió de base al desarrollo de la perspectiva keynesiana del crecimiento económico de largo plazo. Dicha perspectiva interpreta a la demanda externa y más precisamente a la disponibilidad de divisas, como el obstáculo fundamental al crecimiento económico de largo plazo. Esta visión ha demostrado su utilidad para entender el desempeño macroeconómico de las naciones semiindustrializadas, donde de manera recurrente las fases de fuerte repunte de la actividad productiva desembocan más tempra no que tarde en crisis de divisas limitando la tasa de expansión económica de largo plazo.
La extensión del modelo del multiplicador de Harrod tiene su expositor principal en Kaldor, y posteriormente en Anthony P. Thirlwall y sus colegas Nuraldin Hussein y John McCombie, quienes han desarrollado lo que se ha denominado modelo de restricción de balanza de pagos el crecimiento económico (RBPC)


Algunos trabajos que tratan las aportaciones de Harrod:


Libro completo “Jiménez, F. (2011) Crecimiento económico: enfoques y modelos” Universidad Católica del Perú.

Richard Kahn

Richard Kahn (1905-1989) fue un economista británico y el más estrecho colaborador de Keynes en la creación de la Teoría General del Empleo, el Interés y el Dinero, siendo uno de los cinco miembros del Cambridge Circus y uno de los responsables de la recolección, edición y conservación de los escritos económicos de Keynes tras su muerte. Educado en St Paul’s School en Londres, recibió la Licenciatura en Artes en 1927 con la supervisión de Gerald Shove y John Maynard Keynes. En 1930 fue nombrado profesor asociado del King’s College de la Universidad de Cambridge, donde trabajó desde entonces como “lecturer”, siendo entre 1939 y 1944 asesor económico del Gobierno británico. En 1947 es nombrado Director de Estudios para estudiantes de Economía del King's, cargo que mantuvo hasta 1951. Luego continuó como profesor de Economía durante 20 años.
Fue designado Comandante de la Orden del Imperio Británico en 1946 y llegó a ser socio de la Academia Británica en 1960. Recibió el título de Barón de Hampstead en la localidad londinense de Camden, el 6 de julio de 1965.

Kahn fue muy activo e influyente en la Facultad de Economía de Cambridge, no publicó mucho, pero sus contribuciones a la Economía se hallan entre las más importantes del siglo XX. La contribución más notable de Kahn a la economía era su principio del multiplicador del empleo, a partir del cual Keynes desarrollase su multiplicador de la inversión. El multiplicador es la relación entre el aumento del gasto agregado y el incremento del producto nacional neto, considerando el aumento en el gasto agregado (por ejemplo el gasto del gobierno) como causa del aumento de la producción (o ingreso). Sus hallazgos sobre el multiplicador se publicaron por primera vez en su artículo de 1931. Destacadas también fueron sus publicaciones sobre el duopolio en 1937; de la preferencia por la liquidez en 1954; sobre el crecimiento en 1959 y un artículo en torno a la tasa de interés crítico con la teoría monetarista basada en la teoría cuantitativa del dinero en 1971, uniéndose a las críticas hechas por entonces por su colega Nicholas Kaldor.


Algunos trabajos que tratan las aportaciones de Kahn:
- “Kahn, R. (1976) Reflexiones sobre el comportamiento de los salarios y el monetarismo” Publicado en la serie Historia del pensamiento económico del Banco de Venezuela junto a otros escritos críticos de la teoría cuantitativa del dinero de Hicks y Kaldor.
- (Inglés) “R.F. Kahn: A tribute” de Geoffrey Harcourt

miércoles, 26 de noviembre de 2014

Nicholas Kaldor

Nicholas Kaldor (1908-1986) fue un economista británico de origen húngaro que cursó estudios universitarios en la prestigiosa London School of Economics, en la que posteriormente impartiría clases entre los años 1932 a 1942. Tras dos años alejado de la docencia, en 1949 reemprendió su carrera académica en el King´s College de la Universidad de Cambridge, donde permaneció hasta el año 1975. En la década comprendida entre 1955 a 1964, Kaldor actuó como asesor económico para varios países (India, México y Australia entre otros muchos), ocupación que pasó a desempeñar para el Gobierno británico y para su ministerio de Hacienda en dos períodos diferentes (1964-1968; 1974-1976). En 1974 le fue concedido el título de Barón Kaldor, de Newnham, en la ciudad de Cambridge.

Es autor de una ingente cantidad de publicaciones, repartidas entre congresos, ponencias, revistas, ensayos y libros de divulgación económica. Antes de su conversión a las ideas de Keynes, previamente a la publicación de la Teoría general, el joven Kaldor ya podía alardear de algunos artículos importantes sobre la teoría del capital y de la empresa y sobre la economía del bienestar. Así en 1934 propuso el modelo de telaraña para estimar los precios agrícolas, sobre el cual desarrollo el principio de "compensación" llamado óptimo de Kaldor-Hicks, según el cual si un cambio en la distribución de la renta permite a los que ganan, compensar a los que pierden, el resultado es un incremento del producto y por tanto del bienestar general.  
La marca distintiva de sus numerosas contribuciones a la teoría y la práctica económicas está representada por una sorprendente originalidad en el enfoque y una persistente evolución de su pensamiento, vislumbrándose una ruptura con la ortodoxia estricta de la tradición marginalista coincidiendo con su traslado de Londres a la Universidad de Cambridge. En Cambridge ha realizado Kaldor la mayor parte de su obra madura y ha surgido finalmente como uno de los autores principales, (junto con sus amigos Richard Kahn, Joan Robinson y Piero Sraffa) de lo que ha llegado a conocerse como la Escuela Poskeynesiana de la teoría económica. Kaldor contribuyó al corpus teórico de la escuela de Cambridge con una teoría de la distribución de la renta, en la que la distribución entre salarios y beneficios depende de la propensión a ahorrar de los capitalistas y de la tasa de crecimiento de la economía, teoría que luego fue  adoptada y desarrollada por Luigi Pasinetti. En su trabajo A model of Economic Growth”, publicado en el año 1957 en la revista The Economic Journal, y posteriormente en el año 1960 en Essays in Economic Stability and Growth”, Kaldor desarrolló un modelo que él mismo definió como keynesiano, que complementaba el propuesto por Harrod y Domar, y en el que trató de determinar la variación de la tasa de inversión en función de la tasa de beneficios. La teoría de la distribución del ingreso de Kaldor se basa en la idea de que los receptores de ganancias tienen una propensión al ahorro mucho mayor que la de los asalariados. Por lo tanto, en un sistema económico en que los empresarios realizan las inversiones que corresponden al empleo pleno, existe una distribución del ingreso entre las ganancias y los salarios que, debido a las diferentes propensiones al ahorro, generará precisamente la participación de las ganancias en el ingreso nacional necesaria para sostener las inversiones predeterminadas. De esta manera utiliza Kaldor los conceptos keynesianos de las propensiones al ahorro y los inserta en una concepción teórica macroeconómica de la distribución del ingreso que recuerda a la de Ricardo. Pero Kaldor invierte la cadena de causación de Ricardo. En la teoría de Ricardo los salarios eran la magnitud exógena (determinada por la mera necesidad de subsistencia de los trabajadores), y las ganancias eran un residuo, o mejor dicho un "excedente". En la teoría de Kaldor las ganancias asumen el carácter de una magnitud exógena (determinada por la necesidad de inversiones, es decir, de acumulación de capital), mientras que los salarios se tornan residuales. Las consecuencias son profundas, tanto en el nivel teórico (para una crítica a la teoría marginal de la distribución del ingreso) como en el nivel práctico (para una política de tributación y para la estimulación del dinamismo tecnológico). De estos trabajos surge el llamado “teorema de Cambridge”, el cual establece que la tasa de beneficios en la senda de crecimiento a largo plazo de una economía, es el cociente entre la tasa natural de crecimiento y la propensión al ahorro de los capitalistas. 

En sus trabajos publicados después de 1966 Kaldor descarta el método de equilibrio por irrelevante, trabajando en lo que se conoce como la teoría kaldoriana de crecimiento restringida por la balanza de pagos, más adelante desarrollada por otros autores como Thirlwall y que además supone un antecedente de las teorías de crecimiento endógeno. A partir del concepto clave de Gunnar Myrdal de causación circular acumulativa, junto con la integración del multiplicador del comercio exterior de Harrod con la segunda ley de Kaldor, construyó un modelo de círculos virtuosos y viciosos de crecimiento económico, en donde el aumento del crecimiento de la productividad debido a economías de escala mostraban síntomas evidentes de divergencia en los procesos observados de crecimiento, puesto que el capital fluye mayoritariamente entre los países de altos ingresos; se observa una correlación positiva entre crecimiento de largo plazo e inversión en maquinaria y equipo; existe un alto grado de asociación entre el crecimiento económico y el nivel de desarrollo científico y tecnológico de cada país; el gasto en I&D, así como las principales innovaciones, muestran una marcada tendencia a concentrarse en los países más ricos. Por todo ello llegó a la conclusión de que en situación de plena concurrencia, el funcionamiento de las economías de mercado genera desequilibrios y lleva inexorablemente a una intensificación de las desigualdades interregionales.

Otra importante contribución de Kaldor desde el punto de vista de la economía keynesiana se refirió a los efectos dinámicos de la especulación, de cuyo estudio dedujo una teoría de los ciclos económicos endógenos, que le llevó a debatir con las posiciones de Friedrich Hayek sobre el tema y a afirmar que si un auge económico ha tenido un carácter altamente especulativo, el descenso puede ser muy agudo y conducir rápidamente a un nivel muy bajo. Destacan también sus últimos escritos polémicos contra el monetarismo y el neoliberalismo, con continuas críticas al thatcherismo.


Algunos trabajos que tratan las aportaciones de Kaldor:
- (Inglés) “Kaldor, N. (1957) A model of Economic Growth” The Economic Journal.
- “De la Rosa, J. R. (2006) Dos enfoques teóricos sobre el proceso de crecimiento económico con énfasis enlas exportaciones manufactureras” Análisis Económico.
- "Kaldor, N. (1970) Un nuevo monetarismo" Publicado en la serie Historia del pensamiento económico del Banco de Venezuela junto a otros escritos críticos de la teoría cuantitativa del dinero de Hicks y Kahn.

Joan Robinson

Joan Robinson (1903-1983) fue una economista inglesa considerada sin duda la más importante del siglo XX. Robinson estudió economía en  Cambridge, donde cayó bajo la influencia de Maurice Dobb, probablemente el primer  académico en Gran Bretaña miembro del Partido Comunista. Inmediatamente después de su graduación en 1925, se casó con el economista Austin Robinson. Tras finalizar sus estudios de Economía en Cambridge se casó y pasó tres años en la India, donde pudo ver en persona los problemas del subdesarrollo económico y la pobreza, problemas que nunca dejaría de lado en sus trabajos como economista. En 1931 Keynes crearía un grupo de economistas brillantes llamado el Cambridge Circus y Joan ingresaría en este selecto grupo, contribuyendo a la exposición de la Teoría General de Keynes. Ese mismo año conseguiría una plaza de ayudante en la Universidad de Cambridge, En 1937, se convirtió en profesora de economía en la Universidad de Cambridge, donde no llegaría a ser catedrática hasta 1965. Nunca le dieron el Premio Nobel, lo que ha sido considerado uno de los más tristes e injustos tratos deliberadamente discriminatorios. Robinson contribuyó al apoyo y la exposición de la Teoría General de Keynes, escribiendo sobre todo en sus consecuencias para el empleo en 1936 y 1937 tratando de explicar la dinámica que seguía en medio de la Gran Depresión. En 1949 fue invitada para el puesto de vicepresidenta de la Sociedad Econométrica, pero se negó, diciendo que no podía ser parte del comité editorial de un diario que no podía leer. Como curiosidad, al menos dos estudiantes que estudiaron bajo su dirección han ganado el Premio Nobel de Ciencias Económicas: Amartya Sen y Joseph Stiglitz, aunque mantuvo con ambos una relación tumultuosa debido a su temperamento. Suya es la popular cita "El estudio de la economía no tiene por objeto la adquisición de un conjunto de recetas preparadas para los problemas económicos, sino aprender a no dejarse engañar por los economistas."

Los aportes de Joan Robinson mantuvieron una dura crítica a la postura de los modelos neoclásicos. En concreto, dicha crítica se centra en el irrealismo de sus postulados, a los errores metodológicos y a los fallos empíricos. Quizás la crítica más relevante que hace Robinson a la teoría neoclásica se encuentra en su célebre artículo de 1953 “The production funtion and the theory of capital”, que desencadenó un intenso flujo de críticas, respuestas y contra-respuestas que llenaron las revistas más prestigiosas de Economía. A tal polémica se le denominó “La controversia del capital de las dos Cambridge” puesto que se centró principalmente en el Cambridge de Inglaterra, con la propia Robinson y Piero Sraffa a la cabeza, por un lado, y en el Masachusetts Institute of Technology (M.I.T.) en Cambridge, Estados Unidos, con los economistas Paul Samuelson y Robert Solow. También participaron otros economistas como Nicholas Kaldor o Luigi Pasinetti.
Sus primeros aportes en economía en la década de los 30 fueron en el área de la competencia imperfecta, oponiendo una variante a la tradición neoclásica-marshalliana que dicotomizaba la economía en la competencia perfecta o el monopolio absoluto. En 1942 publicó un ensayo sobre economía marxista intentando rescatar los aspectos conceptuales, puramente económicos, de la obra de Karl Marx, donde advertía de los muchos indicios que había de una teoría de la demanda efectiva, en especial por medio de la explicación de la posibilidad de crisis por desproporcionalidad (estudiada a través de los esquemas de reproducción simple y reproducción ampliada), en donde Marx intentó elaborar una teoría aparentemente en los siguientes términos: "El consumo de los trabajadores es limitado por su pobreza, mientras que el consumo de los capitalistas es limitado por la voracidad de capital, la cual los obliga a acumular riqueza más bien que a disfrutar lujos. La demanda de bienes de consumo (el producto del grupo II) se ve así restringida. Pero si la producción de las industrias de bienes de consumo está limitada por el mercado, la demanda de bienes de capital (grupo I) se restringe a su vez, porque el capital constante de las industrias de bienes de consumo no crecerá lo suficientemente rápido para absorber la producción potencial de las industrias de bienes de capital. Así, la distribución del ingreso entre salario y plusvalía es tal que da lugar a una tendencia crónica que lleva a una ausencia de equilibrio entre dos grupos de industrias" (Robinson, 1942, pp.71-72)
Este aspecto de la economía de Marx incluso podría permitir la vinculación entre su teoría de la formación de un Ejército Industrial de Reserva con la teoría de Keynes de un desempleo involuntario. En cuanto a su crítica a la obra de Marx, desecha por intrascendentes tanto la teoría de valor como la Ley General de la Tasa de Ganancia Decreciente, ésta por ser tratarse de un supuesto ad hoc insostenible lógica e históricamente, debido a que Marx supuso una tasa de explotación constante pero al mismo tiempo una productividad creciente.

Dentro del planteamiento defendido por Joan Robinson, hay que destacar el papel tan significativo que juega lo que ella denominó como “el espíritu anímico esencial” de las empresas, como verdadero motor inicial y determinante del proceso de acumulación y crecimiento, y que Keynes introdujo en su Teoría General como “animal spirits”, estableciendo un papel importante sobre el multiplicador que desarrolló su colega del Circus Richard Kahn, y que inspiraría el multiplicador de la inversión de Keynes, deduciendo que, al contrario de la teoría ortodoxa donde el ahorro precede a la inversión, es la inversión la que determina al ahorro. Su trabajo de retroalimentación académica con Keynes, Marx, Kalecki y Sraffa le llevó asimismo a integrar en su teoría el efecto acelerador Kaleckiano, que establecía que los beneficios dependían del gasto de los capitalistas. Así, en su obra magna publicada en 1956 “La acumulación del capital”, Robinson hace depender los beneficios de la inversión y la tasa de beneficios de la relación capital-producto y de la tasa de crecimiento del producto. Además, Robinson introduce la diferenciación entre tiempo lógico y tiempo histórico mediante el concepto de incertidumbre de Keynes, refiriéndose a él en los siguientes términos “el presente es un tiempo comprendido entre un futuro desconocido y un pasado irrevocable. Lo que ocurrirá en el futuro será resultado de las interacciones económicas resultantes del comportamiento de los individuos. El movimiento solo puede ser hacia delante” (Robinson, 1962, p.26), abriendo la teoría keynesiana al largo plazo, siendo éste resultado de una secuencia de acontecimientos producidos en el corto plazo. Si dichos acontecimientos hubiesen transcurrido de forma diferente, el resultado final también sería distinto. La idea de irrevocabilidad que subyace en tales palabras además, llama la atención sobre como cualquier causa que pueda promover una nueva situación de cambio arrastrará a la economía hacia un nuevo estado, describiendo así un proceso inestable y evolutivo, y no un proceso estable y predeterminado como se halla en los modelos de equilibrio general, de lo que diría que “no fue casual que se eligiera el modelo estático; la confortadora armonía del equilibrio respaldaba la ideología del laissez faire y la elaboración de los argumentos nos tenía a todos tan ocupados que no teníamos tiempo para caer en malos pensamientos” (Robinson, 1962, p.81)


Algunos trabajos que tratan las aportaciones de Robinson:
- Reseña del libro “The provocative Joan Robinson: the making of a Cambridge economist” Revista de Economía Crítica.
- “Bhaduri, A. (1985) La acumulación de capital: tiempo lógico y tiempo histórico” Publicado originariamente en el Journal Economie appliquée
- (Inglés) “Skott, P. (2004) Joan Robinson’s contributions to the theory of economic growth” Working Paper University of Massachusetts

Libro completo (en inglés) “Joan Robinson’s Economics” Bill Gibson (ed.)

lunes, 24 de noviembre de 2014

Michal Kalecki

Michal Kalecki (1899-1970) fue un economista polaco que se especializó en macroeconomía y desarrolló simultáneamente gran parte de los principios que sostendría John Maynard Keynes, pero al estar escritos en polaco estos no fueron muy conocidos en esos años. Es considerado como uno de los más grandes economistas del siglo XX y su influencia es importante para dos escuelas heterodoxas como son los postkeynesianos y los neomarxistas.
Fue en 1933 cuando Kalecki escribió un ensayo en el que ya conseguía ensamblar de manera completa una teoría del ciclo económico. En 1937 una beca le permitió hacer un viaje con su mujer a Suecia, donde los seguidores de Knut Wicksell intentaban formalizar una teoría parecida a la suya. La coincidencia hizo que se enterase de la publicación de la Teoría General de Keynes por aquellas mismas fechas, hecho que motivó probablemente que decidiese viajar a Inglaterra. Allí estuvo primero en la London School of Economics y después en Cambridge. Mucha gente de allí comprendió inmediatamente que Kalecki tenía mucho que decir. De esta forma empezó la amistad con Richard Kahn, Joan Robinson y Piero Sraffa, dejando una huella imborrable en todos ellos. Ese mismo año conoció a Keynes, siendo este encuentro bastante más frío y distante de lo esperado. Aunque las conclusiones de sus trabajos económicos eran bastante parecidas, los caracteres no podían ser más diferentes. Kalecki tuvo la enorme grandeza de no decirle nunca a Keynes la prioridad de su publicación.

Ya en 1939, Kalecki escribió una de sus obras más importantes, “Estudio sobre la teoría de los ciclos económicos”. Aunque su visión cambió a lo largo de los años, todos los elementos esenciales de la economía kaleckiana estaban ya en esta obra: por decirlo de alguna manera, sus obras siguientes fueron contribuciones a temas ya expuestos. Kalecki, cuyas primeras influencias vinieron siempre de economistas marxistas, vio bien claro que el volumen y reparto de las ganancias en una sociedad capitalista era puntos vitales a tratar, y creo su ecuación de beneficios a través de los esquemas de reproducción del libro II de El Capital de Marx, adoptados por Tugan-Baranovski (1905), y por las teorías del subconsumo de Rosa Luxemburgo (1913). Por lo tanto, le fue más fácil que a Keynes escapar a la influencia del análisis marginalista tradicional basado en la noción de equilibrio entre oferta y demanda, y en consecuencia en la tesis de una tendencia automática, en condiciones de competencia, al pleno empleo. Así pues, con implicaciones totalmente diferentes a la teoría ortodoxa, concluyó su teoría con que la inversión se financia a si misma y determina el ahorro. El otro pilar de Kalecki para la construcción de su teoría del ciclo es la distribución de la renta, alejado del enfoque competitivo de Keynes, que supone que las industrias compiten en mercados oligopolísticos donde las empresas fijan un mark-up (un margen) sobre sus costes medios variables (materias primas más salarios de los empleados en planta que se suponen son variables) para poder cubrir sus gastos generales (los sueldos a los altos directivos y de administración) y obtener una cierta cantidad de beneficios. Que el mark-up que fijan las empresas sea más alto o más bajo depende del grado de monopolio, o la facilidad que tienen las empresas de subir el precio sin ver reducida su cantidad demandada. 
Por lo tanto, el conjunto de relaciones entre renta, consumo, ahorro e inversión
que Kalecki proponía ofrecía una teoría del nivel de renta y empleo muy parecida a la de Keynes, tanto en la consideración del pleno empleo como un caso límite, más que el caso general, como en la atribución del papel de motor del sistema al gasto autónomo y en particular a las decisiones de inversión, llevándo a su vez a establecer la necesidad de intervenciones políticas activas a favor del pleno empleo. Sin embargo, el papel de la incertidumbre y de las expectativas, decisivo en Keynes, estaba prácticamente ausente en la obra de Kalecki, que también carecía de una teoría plenamente desarrollada de los mercados financieros. Kalecki proponía un «principio del riesgo creciente» para explicar los límites a las posibilidades de financiación de las inversiones por parte de cada empresa individual.

Además, Kalecki desarrolló también otros temas siendo los dos más sobresalientes su teoría de la planificación socialista y su teoría del ciclo económico político. Respecto a éste último, dice básicamente que el Gobierno puede aumentar o reducir el paro de forma voluntaria para defender sus intereses. Generalmente intentará reducirlo en épocas en que las elecciones estén próximas y aumentarlo cuando se hayan celebrado las elecciones, para poder “disciplinar” a los trabajadores dejando que su salario real baje y dejar que los capitalistas obtengan una participación más alta en el producto total, que al final son los que más peso tienen en las decisiones estatales.

El trabajo de Kalecki inspiraría especialmente a los postkeynesianos Joan Robinson, Kaldor , Goodwin o Steindl, así como a marxistas como Paul Sweezy y Paul Baran. Murió en 1970, el mismo año que fue nominado para el Premio Nobel de Economía.


Algunos trabajos que tratan las aportaciones de Kalecki:
- "Assous, M. & López, G. (2008), Génesis y originalidad de la teoría de Michal Kalecki" Revista Circus.
- "Hugo Azcurra, F. (2008), La teoría de la distribución del ingreso de Kalecki" Revista Circus.
- "Santarcángelo, J. & Fal, J. (2008), Depresión y desempleo en Kalecki y Keynes: un análisis comparativo" Revista Circus.
- "Levy, N. (2000), Kalecki: inversión, inestabilidad financiera y crisis" Revista Comercio Exterior. 
- "Nuti, D. M. (2011), El ciclo político de Kalecki desde una óptica actual. Una introducción" Revista de Economía Crítica.
- "Kalecki, M (2011), Aspectos políticos del pleno empleo" Revista de Economía Crítica.

Libro completo: "Teoría de la dinámica económica" Michal Kalecki

Libro completo (en inglés): "Kalecki's Economics Today" Zdzislaw L. Sadowski
and Adam Szeworski (eds.)

John Maynard Keynes

John Maynard Keynes (1883-1946) fue un economista británico, considerado como uno de los más influyentes del siglo XX. Además, fue un personaje muy polifacético, desempeñando múltiples cargos. Fue profesor en la Universidad de Cambridge desde 1908, editor del Economic Journal desde 1912, secretario de la Royal Economic Society, alto funcionario de la Administración británica a partir de 1916, comenzó a trabajar como consejero del Ministerio de Hacienda británico y entre sus responsabilidades se encontraba el diseño de los contratos crediticios entre Gran Bretaña y sus aliados continentales durante la guerra, y los sistemas de adquisiciones exteriores. En 1919, tras finalizar la primera guerra mundial formó parte de la delegación británica en la Conferencia de Paz de París, puesto del que dimitió ese mismo año por estar disconforme con el régimen abusivo de indemnizaciones y reparaciones que se imponían a Alemania. Sobre este tema escribió, en 1919 el libro “Las consecuencias económicas de la paz, en el que anunciaba las implicaciones y consecuencias de las condiciones económicas impuestas a Alemania en el Tratado de Versalles. Trabajó también en el sector empresarial, en la dirección de inversiones de una compañía de seguros, y de asesor financiero del King's College, del Banco de Inglaterra y del propio gobierno británico. Dentro también del mundo de la economía fue gran aficionado a la historia económica y biógrafo de grandes economistas. Fuera del mundo económico, durante sus estudios en la Universidad de Cambridge se interesó por las matemáticas, estadística, filosofía, literatura y solo finalmente por la economía. Fue también directo y principal accionista del Teatro de las Artes de Cambridge y mecenas del grupo de Bloomsbury, coleccionista de pintura moderna y bibliófilo de literatura científica.

Keynes había completado su “Tratado sobre Probabilidad” antes de la guerra, pero lo publicó en 1921, donde sostiene que no se pueden asignar ratios de probabilidad objetiva a ninguna consecuencia futura, siendo contrario a cualquier hipótesis de expectativas racionales o probabilidad objetiva de quienes creen que el pasado da una estadística fiable. En 1922 Keynes continuó abogando por la reducción de las reparaciones alemanas y con una revisión del Tratado atacó las políticas de deflación de la Primera Guerra Mundial, con el argumento de que los países deberían apuntar a la estabilidad de los precios internos y evitar la deflación, aun a costa de permitir que su moneda se depreciase. El Tesoro y el Banco de Inglaterra estaban todavía en favor del patrón oro y en 1925 fueron capaces de convencer al entonces Canciller Winston Churchill para restablecerlo, lo que tuvo un efecto depresivo sobre la industria británica. Keynes respondió escribiendo “Las consecuencias económicas de Mr. Churchill” y siguió argumentando contra el patrón oro hasta que Gran Bretaña finalmente lo abandonó en 1931.
En la década de 1930, tras la publicación de su “Tratado del dinero”, Keynes formó el Cambridge Circus, que se trataba de un grupo de jóvenes economistas de Cambridge estrechamente asociado a él que se reunían para leer y discutir el Tratado y proporcionar información a su obra. El grupo estaba formado por Richard Kahn, James Meade, Joan Robinson, Austin Robinson y Piero Sraffa. Keynes encabezó una revolución en el pensamiento económico que tomó forma en 1936 en su “Teoría General  de la ocupación, el interés y el dinero”, volcando las viejas ideas de la economía neoclásica que sostenían que los mercados libres, en el corto y mediano plazo, proporcionar automáticamente el pleno empleo, siempre y cuando los trabajadores fueran flexibles en sus demandas salariales. Keynes argumentó que la demanda agregada es la variable que determina el nivel general de la actividad económica y que una insuficiente demanda agregada podría dar lugar a prolongados períodos de alto desempleo. De acuerdo con la economía keynesiana, la intervención del Estado era necesaria para moderar el auge y la caída de los ciclos de la actividad económica. Abogó por el uso de medidas fiscales y monetarias para mitigar los efectos adversos de las recesiones y depresiones económicas. A finales de los años 1930 y 1940, economistas como John Hicks, Franco Modigliani, y Paul Samuelson intentaron interpretar y formalizar los escritos de Keynes en términos de modelos matemáticos formales, desarrollando el famoso modelo IS-LM. En un proceso denominado "la síntesis neoclásica", combinaron el análisis keynesiano con la Economía Neoclásica para producir la corriente Neokeynesiana de economía, que llegó a dominar la corriente principal del pensamiento macroeconómico hasta la década de los 70, y que Joan Robinson denominó “Keynesianismo bastardo”, por tratarse de una desviación de los elementos centrales de la obra de Keynes para ajustarlos a la teoría marginalista, desactivando así la revolución que debía suponer. Esta revolución continuó tomando forma a través de sus más allegados colaboradores con una teoría coherente a la luz de las ideas de Keynes, conformándose en la década de 1970 en la Escuela Postkeynesiana, una escuela diferenciada de la corriente Neokeynesiana y de la Nueva Economía Keynesiana surgida por entonces.

En 1942 Keynes era ya un economista ampliamente reconocido, hecho evidenciado en su admisión en la Cámara de los Lores con el título de Baron Keynes de Tilton en el Condado de Sussex, ubicándose en la bancada del Partido Liberal. Durante la Segunda Guerra Mundial Keynes también estuvo muy involucrado en las negociaciones que establecieron el sistema Bretton Woods, en su papel de líder de la delegación británica y presidente de la comisión del Banco Mundial. El plan de Keynes, referente a una Unión Internacional de Compensación propuesta para un sistema de administración de divisas, involucraba un banco central mundial, el Bancor, que sería responsable de una unidad mundial única de cambio. Sin embargo, el peso de los EE.UU. en las negociaciones fue determinante para que el resultado final estuviera más acorde a los planes de Harry Dexter White. El 21 de abril de 1946 Keynes murió a causa de un infarto.

Tras esta breve introducción con la biografía y obra de Keynes, lo que en este blog nos interesa es dar a ver la reinterpretación postkeynesiana de sus ideas, gracias a los exponentes de la «nueva escuela de Cambridge» que ya hemos mencionado antes, como Richard Kahn, Nicholas Kaldor y Joan Robinson; y algunos economistas americanos como Sidney Weintraub (1914-1983), Hyman Minsky (1920-1996) y Jan Kregel (n. 1944), y que para ello tomaremos lo expuesto por el economista italiano Alessandro Roncaglia en su libro "La riqueza de las ideas: una historia del pensamiento económico". Estos economistas sostienen que el esquema IS-LM utilizado por los economistas de la síntesis neoclásica relega a un papel secundario una característica central de la concepción que Keynes tenía de la economía, la incertidumbre, la cual domina las decisiones de los agentes económicos. En el caso de la función de inversión, son más determinantes las expectativas de los empresarios sobre el rendimiento de los distintos proyectos de inversión que el tipo de interés. Estas expectativas son consideradas volátiles por Keynes, dado que cambian repentinamente todo el tiempo dependiendo del clima político y de las condiciones económicas generales, entre otras causas. En el caso de la demanda de dinero,  Keynes consideraba que las expectativas sobre el futuro eran esenciales para determinar la demanda especulativa de dinero. Además, esta última se consideraba como el principal componente de la demanda de dinero (tanto por sus dimensiones como por su inestabilidad), puesto que está conectada con la elección, continuamente revisada por los agentes económicos, de la forma en la que mantener el stock de riqueza acumulada, mientras que la demanda de dinero por el motivo transacción está relacionada con el flujo de renta.
Frente a la relevancia de la incertidumbre, a la volatilidad de las expectativas y a la consiguiente variabilidad de las relaciones que ligan las inversiones y la demanda especulativa de dinero con el tipo de interés, los economistas poskeynesianos consideran engañosa la representación de los mercados en equilibrio tanto para los bienes como para el dinero, que se basan en funciones de demanda y oferta bien definidas y suficientemente estables, como es la concepción que subyace al esquema IS-LM.
En lugar del equilibrio simultáneo de los diversos mercados, típico del enfoque marginalista y adoptado en el esquema IS-LM, los economistas poskeynesianos proponen una caracterización del sistema económico basada en una secuencia de relaciones de causa y efecto: la demanda especulativa de dinero afecta al tipo de interés; éste, a su vez, junto con las expectativas, afecta al nivel de inversión; a su vez, la inversión, a través del multiplicador, determina la renta y el empleo. Por lo tanto, se destaca la influencia ejercida por los mercados monetarios y financieros sobre la renta y el empleo, en oposición a la tesis de la neutralidad del dinero aceptada en la tradición clásica y marginalista. Además, diversos economistas poskeynesianos sostienen que la oferta de dinero es endógena: esto es, la cantidad de dinero (en particular el dinero bancario) en circulación no está rígidamente controlada por las autoridades monetarias, sino que depende, por lo menos en parte, de las decisiones de los demás agentes.


Algunos trabajos que tratan las aportaciones de Keynes:

- (Inglés) "Dow, S. (2013) Endogenising uncertainty" Annual Plenary Conference of INET,
- (Inglés) "Mitchell, J. (2014) Money in the Economy: A post-keynesian perspective" apuntes.
- (Inglés) "Davidson, P. (1991) Is Probability Theory Relevant for Uncertainty? A Post Keynesian Perspective" The Journal of Economic Perspectives.
- "Hernández, J. & Tortorella, G. (2014) Incertidumbre, ciclo económico y crisis según el enfoque continuista de pensamiento keynesiano" XI Congreso Internacional de la AEHE.
"Caraballo, M. A.; Galindo, M. & Usabiaga, C. (2000) La relación entre la nueva economía keynesiana y la economía postkeynesiana: una interpretación" Boletín Económico de ICE.
"Ros, J. (2012) La Teoría General de Keynes y la macroeconomía moderna" Revista Investigación Económica. 
- "Dejuán, O. (2003) La política monetaria del dinero endógeno" Revista UCM Economía.

Libro completo (en inglés) "Post Keynesian Econometrics, Microeconomics and the Theory of the Firm" The Postkeynesian Economics Study Group, Cambridge.